9 de mayo de 2012

Los aportes y desafíos de la radiodifusión en Santa Cruz



Cecilia Banegas Flores (1)

El 19 de marzo se celebra en Bolivia el Día del Radialista. La fecha fue instituida como el día de los trabajadores de la radio durante el Primer Encuentro Nacional de Radialistas, realizado en 1958, en la ciudad de Cochabamba, a sugerencia del periodista Mario Castro. Han pasado ya muchos años después de ese primer encuentro de radialistas y más tiempo aún desde que se instalara la primera radiodifusora en el país, Radio Nacional de Bolivia en 1929; sin embargo, el conocimiento pleno del mundo de la radio en las diferentes regiones del país es aún un tema pendiente.

Es por ello que en conmemoración al Día del Radialista, el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) de la Fundación UNIR Bolivia, la Federación de Trabajadores de la Prensa de Santa Cruz y Radio Santa Cruz, organizaron un conversatorio de análisis sobre los aportes y desafíos de la radiodifusión en Santa Cruz, que se realizó y difundió a través de Radio Santa Cruz, el pasado 19 de marzo. ¿Cuáles son los aportes de la radio a la democracia, a la educación y al desarrollo regional?, ¿cuáles son las problemáticas por las que atraviesa este medio? y ¿cuáles son los desafíos que aún faltan por vencer? fueron algunas de las interrogantes que se plantearon para analizar el rol que ha tenido la radiodifusión en nuestra sociedad. Para responder a estos cuestionamientos se invitó a un panel de expertos que aportaron mucho a la radiodifusión en Santa Cruz: los radialistas José Ros, Javier Velazco, Miriam Suárez, Carlos Salazar y la investigadora y Coordinadora General del ONADEM, Vania Sandoval.

El aporte de la radiodifusión
a la democracia en Bolivia

Para José Ros, ex director y fundador de Radio Santa Cruz, el aporte de la radio en la lucha por la democracia es incomparable en relación a otros medios de comunicación, puesto que la radio como ningún otro medio ha tenido una gran influencia en las luchas políticas, sobre todo en el mundo rural, donde tiene la capacidad de penetrar en las comunidades más alejadas.

“La función especial de la radio es penetrar donde no la quieran”, afirmó José Ros citando al periodista Julian Hale y su libro La radio como arma política. En este sentido relató que en 1984 llegó a Radio Santa Cruz desde Paraguay un disco longplay enviado por un grupo folklórico de cantautores contestatarios, que denunciaban la dictadura de Alfredo Stroessner. El disco llegó acompañado de una nota que decía; “este disco está prohibido en Paraguay no podemos difundirlo, pero aquí se escucha Radio Santa Cruz, pásenlo ustedes por favor”. Entonces este medio difundió el disco comprobando así que la radio penetraba incluso donde no la quisieran.

Adolf Hitler en su libro Mi lucha, afirmaba que “La radio es un arma terrible en manos de quienes sepan hacer uso de ella”. A esta frase José Ros agregó, que la radio ha aportado también con esa “arma terrible” a favor de la población, de la gente más desposeída, de los perseguidos, como ha sucedido en Bolivia en la época de dictadura y el aporte de las radios mineras.


Para José Ros el aporte que la radio ha hecho a la democracia en Bolivia podría medirse en dos sentidos; uno constructivo y otro crítico. En su sentido constructivo, este medio ha aportado muchísimo cumpliendo una labor educativa, informando a la población, puesto que “las personas si no estamos bien informadas y no conocemos nuestros derechos y lo que ocurre en el país, difícilmente contribuiremos al afianzamiento de la democracia”, afirmó.

El sentido crítico de la radio se refiere al uso del medio como instrumento de denuncia de aquellos hechos que se produzcan en contra de la participación de la ciudadanía y la democracia. Sobre este aspecto, José Ros afirmó que fue fundamental el aporte de las radios mineras, que denunciaron en 1967 la matanza de mineros en la llamada Masacre de San Juan por parte de militares bajo las órdenes del dictador Gral. René Barrientos. También reconoció el aporte de gente valerosa como Domitila Chungara y Luis Espinal, entre muchos otros, que con el apoyo de la radio denunciaron e iniciaron la huelga de hambre en 1977 logrando posteriormente el retorno de la democracia. Radios como Pio XII, La Voz del Minero y Fides fueron valientes emisoras que denunciaron la dictadura y los golpes de Estado, cumpliendo así con su papel de denuncia y promoviendo entre la gente los valores de la participación y la democracia.

En el Oriente del país las radios
también aportaron en las luchas políticas

Según el libro La Rebeldía de la Radio en Santa Cruz del periodista Hugo Salvatierra, la radiodifusión en Santa Cruz se inició el 7 de octubre de 1938, luego de la conclusión de la Guerra del Chaco, cuando el entonces presidente Germán Busch trajo un transmisor adquirido por el periodista Luis Canedo Reyes, quien instaló Radio Oriente. Salvatierra divide la historia de la radidifusión en Santa Cruz en tres épocas; la primera época la desarrollan emisoras como Oriente, Florida, Electra, Cultura y Popular. Radio Electra fue fundada en 1943 por Gustavo Urioste y fue la segunda radio en la región que transmitió señal hasta 1952 con un transmisor de 400 vatios de potencia, fabricado por él mismo.

La segunda época, es la llamada “época de oro”. En este periodo se crean las radios Grigotá, Rural, Santa Cruz, Amboró, Centenario, Piraí, Camba y Oriental. La tercera es la “época contemporánea” que se dio con el cambio de sistema de la mayoría de las radios que pasaron de Amplitud Modulada (AM) a Frecuencia Modulada (FM).

Según José Ros, Radio Rural fue una de las primeras radios en Santa Cruz que apoya el movimiento cívico en la década de los 50’s que exigía que el 11 % de las regalías petroleras de Santa Cruz se queden en este departamento. Radio Rural se convirtió luego en Radio Santa Cruz y posteriormente pasaría al Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) en 1983. Un año más tarde en 1984, Radio Santa Cruz hizo la primera manifestación de apoyo a la población campesina, cuando en San Julián, a raíz de un bloqueo de carretera por parte de los campesinos, se dio un enfrentamiento entre éstos y empresarios madereros. Posteriormente en los años 90’s esta misma radio se manifestó en apoyo a las marchas indígenas que exigían el derecho a la tierra y el territorio. Entre otras radios que cumplieron la función crítica de denuncia, José Ros mencionó a Radio Marítima que en los años 70’s y bajo la dirección de Juan Francisco Flores, desempeñó este rol.

La radio como espacio de expresión
de las mujeres del pueblo

Miriam Suárez, directora de la Casa de la Mujer, incursionó en la radiodifusión dándole un enfoque de género y convirtiendo a la radio en un espacio para la voz de las mujeres. Suárez retornó al país en 1983, después de la dictadura militar y su participación como radialista empieza justamente en ese momento de transición política, época que ella describe como “el momento de oro para los movimientos sociales y los medios de comunicación que acompañaban el acontecer diario, las movilizaciones y expresiones de estos movimientos populares”.

Cuando Miriam Suárez inició su trabajo en Radio Santa Cruz, esta emisora convocó a un seminario interno que contó con la participación del gran radialista y educador popular José Ignacio López Vigil. En el encuentro López Vigil planteó la necesidad de hacer un programa de mujeres al cual llamaron “Mujeres del Pueblo”. “Las mujeres no son una población vulnerable y la etapa de la dictadura lo demostró ampliamente”, afirmó Miriam Suárez, reconociendo el protagonismo de mujeres como Domitila Barrios de Chungara que se convirtieron en la fuerza y cara pública de la resistencia al régimen autoritario.


Citando a José Ignacio López Vigil, Miram Suárez afirmó que “una voz de mujer seduce, cautiva pero a veces las mujeres solamente son las voces y pocas veces son las personas visibles que hacen la comunicación en la radio”. A partir de esas reflexiones en el programa “Mujeres del pueblo” se plantearon temas de debate como ¿Quiénes son las mujeres? ¿Qué hacen? Y ¿cuáles son sus preocupaciones?. Entonces se empezaron a mostrar los “otros” roles de la mujer, su capacidad transformadora y cuestionadora. Aparece así una nueva línea de trabajo que recogía y visibilizaba lo que hicieron las mujeres en toda esa etapa en la que los hombres estaban exiliados y clandestinos.

Suárez mencionó que a partir de entonces la radio se traslada a los barrios, donde estaba sucediendo un fenómeno extraordinario con la creación de organizaciones y centros de mujeres, donde se reflexionaba sobre la situación de las mujeres, lo cual se difundía a través de la radio. “Empezaron a crear toda una corriente, yo diría revolucionaria, que replanteaba la actitud, el protagonismo, el accionar de las mujeres en su casa, en el barrio, en todos los lugares”, afirmó.

Muchos proyectos sociales como la construcción del Hospital de San Basilio o el acompañamiento al proyecto de instalación de la primera bomba de agua en el Plan 3 Mil con la Cruz Roja Suiza, nacieron en Radio Santa Cruz. Así también La Casa de la Mujer surgió como resultado de una movilización social que se transmitía y alimentaba a través de la radio. Nació como respuesta a la necesidad de tener un centro donde las mujeres puedan llegar, puesto que era imposible estar en todos los barrios. Con el tiempo, “conscientes de que la comunicación era el principal vehículo que nos podía empoderar, comunicar y hacer escuchar otras voces, surge en el seno de la Casa de la Mujer, la Radio Alternativa”, relató Suárez.

La radio, el medio del área rural

Para Carlos Salazar, coordinador de la Red Amazónica Satelital, mientras no haya servicios de energía eléctrica y otros en las zonas rurales, la radio va a seguir siendo el medio de información y entretenimiento de estas comunidades. En Bolivia, muchas radios a través de la transmisión en Onda Corta, han logrado que la gente de las zonas rurales más alejadas pueda saber lo que está pasando en el mundo. Anteriormente radios como El Mundo, Amboró y Grigotá transmitían a través de este sistema; sin embargo, actualmente son pocas las radios que pueden hacerlo como radio Santa Cruz, FIDES, Panamericana, Illimani (ahora Patria Nueva), Juan XXIII y San Miguel, que siguen jugando ese papel de vincular a las comunidades rurales.


La Red Amazónica Satelital es en los últimos años uno de los grandes aportes en la historia de la radiodifusión en el país. Son más de 73 radios que están interconectadas con la finalidad de “ser un espacio para la construcción de ciudadanía y de desarrollo equitativo e integral en esta parte verde del país”, afirmó Salazar. También a nivel nacional la Red ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia) ha cumplido un rol importante al conectar en red a diversas radios comunitarias e instituciones educativas de diversas regiones del país.

La radio cumple un rol importante al ser el medio que ha tenido mayor alcance en las comunidades más remotas. Como afirmaba Vladimir Ilich Lenin, “la radio es un periódico sin papel y sin fronteras”, puesto que es un medio que no necesita ser impreso, que llega a regiones sin servicio de electrificación y logra que comunidades, donde hay personas que aún no saben leer, puedan informarse de lo que pasa en el país y en el mundo.

Bolivia es un país incomunicado

Vania Sandoval, Coordinadora General del ONADEM, afirmó que un diagnóstico realizado por este observatorio, dio como resultado que Bolivia es una sociedad incomunicada. La incomunicación entre el Estado y la sociedad civil se expresa en la fuerte conflictividad que ha caracterizado el desarrollo histórico y político boliviano. Tanto el Estado como la sociedad también están incomunicados internamente. Hay grupos sociales invisibilizados, como las mujeres, las personas con capacidades diferentes, gente de la tercera edad y los indígenas, quienes internamente tampoco se conocen entre oriente y occidente.

Según Sandoval, “los medios masivos han formado parte de esta incomunicación al presentar la información y a la sociedad de una manera fragmentada y no integradora, una sociedad dispersa, contrapuesta y con adversarios con quienes tendrían posiciones irreconciliables”. Al entenderse la interculturalidad como la meta de lograr una relación de equidad entre las culturas, se podría decir que aún ese objetivo no se ha alcanzado. Sin embargo, la radio es el medio que más ha aportado a la interculturalidad, la educación popular y la visibilización de grupos marginados; por ejemplo, no podría entenderse la comunicación en aymara en el mundo urbano sin el aporte de radios como San Gabriel, Pachamama y Huayna Tambo. Otro aporte importante en el periodismo intercultural es el de la Red ERBOL.

La crisis de la radio: “Al radialista se le pueden perdonar
todos los pecados, menos el pecado del aburrimiento”

La radio también atraviesa por problemas y entre ellos está la disminución de su audiencia que ha pasado a otros medios como la televisión. Javier Velazco, director del Instituto Radiofónico Fe y Alegría, citando a José Ignacio López Vigil afirmó que “al radialista se le pueden perdonar todos los pecados, menos el pecado del aburrimiento” y señaló que uno de los problemas de la radio es que cuando se pretende hacer análisis y reflexión se cae en el aburrimiento. Velazco afirmó que “el discurso aburre mientras que el relato nunca aburre”. En este sentido recomendó la utilización de otros formatos radiales con elementos de ficción como los relatos y radionovelas que han quedado ya en desuso.

Por su parte, el radialista Carlos Salazar, afirmó que está convencido de que la radiodifusión está en crisis y que los elementos que contribuyen a esta crisis son el abandono de géneros y formatos creativos, producciones con elementos de ficción que en otras épocas impactaron tanto. Salazar señaló que se ha limitado el trabajo a géneros y formatos simples, como leer noticias, reducir la participación del radialista al comentario y usar la música como un relleno de la programación. En este sentido, actualmente la radio se ha convertido en “una suma del informativismo más música”.

Por otro lado, Salazar señaló que otra causa de la crisis de la radio es la pérdida de talentos humanos que han pasado a la televisión. Actualmente la radio ya no atrae a los jóvenes y el 90 % de los estudiantes de comunicación quieren trabajar en televisión y cine. La radio se ha convertido en el espacio de la improvisación como actividad profesional, puesto que el 95% de las radios en Santa Cruz están conducidas por gente empírica. Además la radio es el medio que paga los salarios más bajos y quizás por eso se recurre a “jovencitos improvisados” para hacer radio, entonces esto se convierte en un círculo vicioso que va en detrimento de la calidad, afirmó.

Los desafíos de la radiodifusión

El sacerdote Javier Velazco, afirmó que existe una distinción entre dos grupos de radios: las que obedecen a la mentalidad empresarial cuyo objetivo es simplemente conseguir recursos económicos y las radios “que tienen algo que hacer en el mundo actual”. Estas últimas son emisoras que están insertas en una comunidad que tiene grandes desafíos, problemas y deficiencias a los que la radio debe prestar atención. Entre estos desafíos está el abordaje profundo de temáticas importantes que afectan al país, como la seguridad ciudadana, los conflictos sociales, las dificultades de la educación y la desigual distribución de la riqueza, dado que Bolivia es unos de los países más desiguales del mundo. Sin embargo, lamentó que cuando se consulta a la población en las encuestas sobre qué es lo que buscan en la radio, se establecen como prioridades la difusión de música y de información, mientras que el tema de la educación queda en 8º o 9º lugar.

Para Vania Sandoval, falta muchísimo por conocer sobre la radiodifusión en Bolivia. Afirma que en el país existen más de mil radios, muchas de las cuales funcionan en condiciones de infraestructura y de personal muy restringidas y no son “legales”; sin embargo, inciden en la vida política, social y local del país. La comunicadora mencionó que la radio tiene grandes desafíos, como el tema de la estabilidad y seguridad laboral, puesto que la radio es el medio que peor paga y las agresiones a periodistas de radio son las que no se esclarecen jamás. “Los radialistas son los menos protegidos de todo el periodismo y los que tienen las peores condiciones laborales. Estos periodistas llegan a poblaciones donde la justicia no llega; sin embargo, son los más expuestos”, afirmó.

Un desafío pendiente es el hacer un diagnóstico interno sobre lo qué significa la radiodifusión hoy, puesto que sus formas de funcionamiento, problemáticas y características en las diferentes regiones del país son un “misterio”. Otro desafío importante es el análisis de cómo se va a operativizar la nueva Ley de Telecomunicaciones, vigente desde agosto de 2011, que distribuye el espectro de frecuencias radioeléctricas de diferente manera para el gobierno, medios privados, radios comunitarias y radios indígenas campesinas. ¿Cómo se va a aplicar esta distribución? ¿Quién va a distribuir y controlar? ¿Qué pasará con las radios comerciales que no van a entrar ya en este espectro? ¿Cómo se otorgarán las licencias a las radios campesinas y comunitarias? Son cuestiones que Vania Sandoval considera deben analizarse y que deben estar contempladas en las propuestas de reglamentación. Finalmente, la comunicadora mencionó que un gran desafío es aprovechar las nuevas tecnologías incorporando la radio al mundo digital.

El conservatorio dejó claro que los aportes de la radio a la educación, las luchas sociales y la democracia han sido muchísimos. Sin embargo, quedan aún desafíos pendientes, entre ellos el brindar mejores condiciones laborales para los trabajadores de este medio, quienes llegan con sus mensajes donde nadie más lo hace.

[1] Corresponsal del Observatorio Nacional de Medios (ONADEM)/Fundación UNIR Bolivia,  para trabajar en Santa Cruz y Tarija.  cbanegas@unirbolivia.org

4 de mayo de 2012

El DIC y las elecciones judiciales en los editoriales de la prensa boliviana


Bernardo Poma Ulo (1)

Una “oportunidad perdida” junto a una normativa que violó “la libertad de investigación, expresión, opinión e información” fueron los cuestionamientos más reiterados en las notas editoriales de la prensa boliviana sobre las elecciones para el Órgano Judicial de octubre pasado. Las posiciones editoriales de defensa, por su parte, afirmaron que las elecciones posibilitaban la “creación de una nueva justicia” en el marco de una preselección de candidatos “democrática y con transparencia”.

Esas posiciones, expresadas desde tres meses antes de la elección en 125 editoriales y 23 subeditoriales, entre mayo y junio de 2011, fueron sistematizadas por el Observatorio Nacional de Medios (ONADEM) a partir del monitoreo de 15 diarios nacionales representativos de todas las capitales departamentales del país más El Alto: La Razón, Cambio, Página Siete (La Paz), El Alteño (El Alto), Los Tiempos, Opinión (Cochabamba), El Deber, El Día, El Mundo (Santa Cruz), La Palabra del Beni (Trinidad), El Potosí, La Patria (Oruro), Nuevo Sur, El País (Tarija), Correo del Sur (Sucre).

Los cuestionamientos y dudas fueron asumidos por la mayoría de medios escritos privados, cuyo discurso editorial se articuló principalmente alrededor de la crítica a la legitimidad del proceso eleccionario. Por otro lado, el discurso de defensa y apoyo al proceso electoral se concentró en dos medios alineados con la posición gubernamental y con la legalidad formal —sobre todo— de los actos del poder legislativo.

En el discurso editorial de cuestionamiento, entonces, se lamentó la “oportunidad perdida” (El Potosí, Los Tiempos, Correo del Sur, Nuevo Sur, 08, 09/05/2011; 17, 18/07/2011) para establecer un Órgano Judicial “independiente”, sin “contaminación político-partidaria” y representativo de la ciudadanía. Pero además se reflexionó acerca de que los graves problemas de la justicia "no se resolverán teniendo a nuevas autoridades” (Página Siete, 07/07/2011), pues la “debacle” de la justicia en el país no sólo depende de la “probidad o la moral” de sus administradores, sino de factores estructurales como la “incapacidad física” de atender 350 mil causas o demandas con sólo mil jueces (Opinión, 31/05/2011).

Preselección, selección y elección de candidatos

En todo caso, la “oportunidad” se perdió, según el mismo campo discursivo, por la forma en que se llevó a cabo el proceso de preselección de candidatos: por un “interesante autoconvencimiento retórico” el Movimiento al Socialismo (MAS) logró mantener la atribución del sistema político -partidario para definir la composición del Órgano Judicial, pues la ciudadanía votaría sólo por quienes este partido decidió previamente (El Potosí, Los Tiempos, Correo del Sur, Nuevo Sur, 17, 18/07/2011), al aplicarse la “amplia mayoría oficialista” (La Palabra del Beni, 05/05/2011). El editorial de este diario beniano resumió con esta pregunta las dudas y cuestionamientos sobre el proceso: “¿Elegir entre elegidos?”.

El procedimiento de preselección de candidatos había derivado en “una plancha” confeccionada por la “élite” del partido oficialista (El Alteño, 15/07/2011), una vez que los legisladores del MAS “actuaron en función de una consigna… lo que no permitió ni siquiera poner en común los antecedentes, la preparación y el nivel intelectual de los candidatos" (El Día, 17/07/2011).

En este mismo campo discursivo, fueron anotadas las consecuencias negativas del proceso en general y de la preselección en particular: la consolidación del “paradigma presidencial que propone el quebrantamiento de leyes” (El Día, 26/05/2011). Por ello, se ponía en duda la legitimidad de los comicios electorales de octubre (El Ateño, 15/07/2011). Se señaló que "el voto ciudadano no es elector sino legitimador de lo que decide el sistema de partidos" (El Potosí, 24/07/2011, El Alteño, 25/07/2011), de tal forma que se consolidaba un “voto falso” (La Patria, 21/07/2011) o un "voto ciego", “sin opciones reales para la ciudadanía” (El Día, 28/07/2011).

Desde la línea editorial progubernamental de defensa y apoyo a las elecciones judiciales, se optó, en principio, por la reproducción discursiva (2)acerca de la legalidad formal del proceso, al recordar que la Carta Magna “manda” la elección de los magistrados mediante “sufragio universal” y “previa preselección” de la Asamblea Legislativa Plurinacional (Cambio, 20/05/2011). Se dejó sentado que el proceso era “democrático” y transparente (Cambio, 07/07/2011) y que la decisión estaba en “el pueblo” (20/05/2011). Se enfatizó, así, que el “primer órgano del Estado” (la Asamblea Legislativa) había cimentado un proceso para que “el pueblo” con su voto “elija” a las nuevas autoridades judiciales (Cambio, 17/07/2011).

Por consiguiente, las consecuencias, en este otro campo discursivo, fueron totalmente distintas, ya que se trataba de un “inédito proceso” (La Razón, 08/05/2011) que culminaría en la “creación de una nueva justicia en Bolivia” (La Razón, 13/06/2011). En suma se identificó el “fin supremo” de las elecciones: despolitizar y sepultar el cuoteo de la justicia y asumir la voluntad soberana del pueblo en las urnas (Cambio, 20/05/2011). Quienes cuestionaban las elecciones fueron identificados como la “oposición” que estaba en “intensa campaña de descrédito del proceso” (La Razón, 08/05/2011).

El DIC frente a la Ley 026

En relación a las restricciones al Derecho a la Información y la Comunicación (DIC) establecidas en la normativa electoral, desde las notas editoriales de defensa y apoyo se las justificó con el argumento de que ningún derecho es ilimitado y el ejercicio de la libertad de expresión “no es la excepción” (Cambio, 20/05/2011). Nuevamente estos argumentos de opinión se limitaron a reproducir la formalidad del discurso legal, en particular el artículo 82 de la Ley 26 del Régimen Electoral y sus prohibiciones expresas para realizar campaña o propaganda, emitir (los candidatos) opiniones a su favor o en contra de otros postulantes y conceder a entrevistas a los medios de comunicación (Cambio, 20/05/2011). Asimismo se advirtió con el mismo discurso a los medios que “bajo sanción y sin perjuicio de su responsabilidad penal, no podrán difundir documentos distintos a los producidos por el Órgano Electoral …” (Cambio, 20/05/2011).

En la misma línea de opinión editorial, se calificó positivamente el Reglamento de la Ley 026 como un documento que contenía las especificaciones “para garantizar la transparencia e idoneidad” de la elección y constituía “el marco para que los medios de comunicación informen sobre el avance del proceso” (La Razón, 06/07/2011). En ese sentido, se enfatizó que las disposiciones reglamentarias tenían que ver con “la vigencia de un principio elemental de la democracia”: la “igualdad de oportunidades”, lo que significaba una “idéntica cobertura y acceso a los medios de comunicación para todas y todos los candidatos…” (La Razón, 06/07/2011).

Por el contrario, los editoriales de cuestionamiento del proceso eleccionario señalaron que la Ley 026 violaba “la libertad de investigación, expresión, opinión e información”, dado que sólo el Órgano Electoral, “mayormente conformado con gente afín al MAS” podía difundir información sobre los postulantes (El Potosí, Los Tiempos, Nuevo Sur, Correo del Sur, 08 y 09/05/2011). Entonces, el primer ámbito de esa violación fue la Asamblea Legislativa, dado que “los nominados por los parlamentarios del MAS no podrán ser conocidos previamente … es algo que espanta” (El Deber, 08/05/2011). En suma, con “los dos tercios que controla el partido de gobierno” se perpetraba un “atropello” a “todos los indicios de democracia” (El Mundo, 16/05/2011).

En el mismo sentido, se cuestionó que la Ley impedía a los medios entrevistar a los candidatos, disposición calificada como “oscurantista” (Página Siete, 08/05/2011), dado que los medios, “al difundir amplia, libre, responsable y críticamente los méritos y deméritos de los candidatos”, podrían haber motivado en la ciudadanía acercarse a las urnas para “emitir un voto informado y consciente” (Página Siete, 10/05/2011). De manera específica, el Reglamento de la Ley 026 fue también descalificado como una “mordaza” (El Deber, 08/07/2011) que no sólo mantenía sino ahondaba la “censura” pues restringía “la libertad de expresión y de prensa al establecer prohibiciones a realizar entrevistas, propagandas y campañas publicitarias de los candidatos” (La Palabra del Beni, 11/07/2011). Con ello se quería evitar que “la prensa revele irregularidades y las debilidades de los candidatos” (La Patria, 24/07/2011).

Se había observado en la normativa electoral —incluso de manera antelada— “reglas absurdas que violan el derecho a la información de la ciudadanía" (El Día, 13/05/2011) y se demandó “una ley modificatoria que asegure transparencia y pluralidad en la delicada etapa de preselección de postulantes y que la tarea periodística no tenga limitaciones” (La Patria, 16/05/2011). Posteriormente, se reclamó nuevamente por “un reglamento que contribuya a la información", estableciendo la clara diferencia con la propaganda (Opinión, 07/07/2011).

Luego de un instante de complacencia entre los editoriales, cuando el Presidente Evo Morales solicitó al Órgano Electoral Plurinacional la modificación del artículo 82 de la Ley 026, el desencanto volvió a los diarios con las reformas validadas por la Asamblea Legislativa, pues se mantenía “el sesgo autoritario y discriminador”, como el de “prohibir a los postulantes emitir opinión a su favor o en contra de otros” y a los medios "generar espacios de opinión sobre los postulantes" (Reforma insuficiente, Los Tiempos, El Potosí, Correo del Sur, 29/05/2011).

En ese marco, se advirtió también que el electorado optaría por la abstención o el voto en blanco “como una forma de repudiar la imposición de candidatos” (El Mundo, 03/06/2011). Es más, se advirtió que “la suma de votos nulos, blancos y la abstención sería considerada como una muestra de rechazo al oficialismo" (Página Siete, 22/07/2011), con lo que se verificaría el temor de que esa sumatoria llegaría a ser mayor que los votos obtenidos por los candidatos (La Patria, 24/07/2011).

Así, cabe establecer que las posiciones editoriales formaron parte de la discursividad social que polarizó la opinión pública boliviana. En efecto, los cuestionamientos a las elecciones fueron asumidas expresamente por los gremios periodísticos y empresariales (Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, Asociación Nacional de la Prensa, Asociación Boliviana de Radiodifusión y Asociación de Periodistas de La Paz), así como por los partidos de oposición. Por su parte, la defensa y apoyo a los comicios estuvo respaldada por el discurso oficial de las autoridades del poder político y electoral.

Dado que los campos discursivos opuestos aquí presentados se articularon respectivamente alrededor de la legalidad o la legitimidad de las elecciones judiciales, es recomendable que toda política gubernamental o gestión legislativa se apoye en ambos elementos que hacen a la institucionalidad democrática. Los resultados electorales, verificados en octubre de 2011, con la votación nula más alta en la historia de Bolivia (3)debieran ser leídos de esa manera por las autoridades de todos los niveles del Estado para no caer en el error de sobreponer unos derechos ciudadanos, como el voto, sobre otros, como el de la información y la comunicación.

[1] Responsable metodológico operativo del Observatorio Nacional de Medios de la Fundación UNIR Bolivia.
[2] La reproducción es una función discursiva del editorial de prensa por la que “se limita a repetir, a veces con la misma terminología, los criterios de algún sector de opinión con el que el medio se identifica” (Torrico, Erick. El discurso editorial de la prensa Torrico. La  Paz, CIBEC: 1996, p. 21).
(3)A partir de los informes oficiales, en el conteo general, los votos nulos sobrepasaron el 42% y los votos blancos superaron el 15%. En: http://reyquibolivia.blogspot.com/2011/10/resultados-oficiales-elecciones.html y http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-11-11&idn=58221